La muerte del papa recibe una respuesta oficial moderada en China, que tiene una relación tensa con el Vaticano
Por Nectar Gan, CNN
Mientras el mundo se apresuraba a rendir homenaje al papa Francisco tras su muerte, la respuesta ha sido comparativamente moderada en China, un estado oficialmente ateo con millones de católicos cuyo Gobierno ha tenido una relación difícil y compleja con el Vaticano.
Con el fallecimiento del papa Francisco, Beijing pierde a un líder mundial muy respetado que había acercado al Vaticano al liderazgo del Partido Comunista de China más que cualquiera de sus predecesores.
Sin embargo, la cobertura de su muerte por parte de los medios controlados por el Estado chino ha sido escueta, y más de 20 horas después del anuncio del Vaticano sobre su fallecimiento, ni Beijing ni la Iglesia católica china, sancionada por el Estado, habían emitido una declaración oficial.
Si bien se esperan en última instancia las condolencias del Gobierno (probablemente a través de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, como viene siendo habitual), la respuesta minimalista de China subraya la sensibilidad de los vínculos entre el Partido Comunista gobernante, de carácter ateo, y la Santa Sede.
El Vaticano no ha mantenido relaciones diplomáticas formales con China desde 1951, cuando el recién establecido régimen comunista rompió los lazos y expulsó al nuncio papal, enviado de la Santa Sede.
En cambio, el Vaticano sigue siendo uno de los cada vez menos numerosos países –y el único en Europa– que reconoce la soberanía de Taiwán, una democracia insular autónoma que Beijing reclama como suya.
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, ofreció sus “más sinceras condolencias en nombre del pueblo de Taiwán” por la muerte del papa poco después del anuncio del Vaticano, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla dijo que Taipei enviaría un enviado al funeral del pontífice.
Esa lealtad diplomática a Taiwán ha sido un punto delicado para Beijing, ya que mantuvo disputas con el Vaticano durante décadas sobre quién puede nombrar a los obispos católicos en China. El papa Francisco había intentado abordar el asunto mientras impulsaba mejores relaciones con el Gobierno chino.
Durante décadas, las iglesias católicas sancionadas por el Estado chino habían sido dirigidas por obispos designados por Beijing, hasta que las dos partes llegaron a un acuerdo bajo el papado de Francisco en 2018. Los detalles del controvertido acuerdo nunca se han hecho públicos y muchos dentro de las congregaciones clandestinas de China que han permanecido leales a Roma y han enfrentado durante mucho tiempo la persecución temen ser abandonados.
El acuerdo, que es parte de la visión del papa Francisco de expandir el número de seguidores de la Iglesia católica en todo el mundo, tenía como objetivo ayudar al Vaticano a obtener acceso a potencialmente millones de conversos en toda China y se ha extendido dos veces desde entonces.
Sin embargo, los críticos han cuestionado por qué la Iglesia, históricamente defensora de los derechos humanos y los valores cristianos, se aliaría voluntariamente con el Gobierno chino, que bajo el liderazgo de Xi Jinping ha restringido aún más la libertad religiosa. Gran parte de estas críticas al acuerdo provienen de la propia Iglesia católica.
El Vaticano insiste en que el acuerdo ya está dando sus frutos y espera abrir una oficina permanente en China. Esto ha dejado a los católicos de Taiwán preguntándose qué les sucederá si el Vaticano cambia su reconocimiento.
El catolicismo es una de las cinco religiones reconocidas por el Estado en China, donde la práctica religiosa está fuertemente restringida por un Partido Comunista que afirma su supremacía sobre todos los aspectos de la vida.
Según el recuento oficial, hay alrededor de 6 millones de católicos en China, pero el número puede ser mayor si se cuentan aquellos que practican en iglesias clandestinas para evitar la mirada vigilante de Beijing.
Francisco había expresado repetidamente su deseo de viajar a China, un país que ningún papa ha visitado jamás. Los católicos chinos lo recordarán como el primer papa autorizado a sobrevolar el espacio aéreo chino.
De camino a Corea del Sur en 2014, el papa Francisco envió un mensaje de radio a Xi mientras volaba sobre China: “Al ingresar al espacio aéreo chino, extiendo mis mejores deseos a Su Excelencia y a sus conciudadanos, e invoco las bendiciones divinas de paz y bienestar para la nación”.
En 2023, durante su visita a la vecina Mongolia, Francisco tuvo la inusual iniciativa de enviar un “caluroso saludo al noble pueblo chino”.
“A todo el pueblo le deseo lo mejor, que siga adelante, que progrese siempre. Y a los católicos chinos, les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos”, dijo al final de su misa dominical en Ulán Bator, la capital de Mongolia.
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Wayne Chang de CNN contribuyó con este informe.