Este calamar colosal se asemeja a una “escultura de cristal” en sus primeras imágenes tomadas en las profundidades marinas
Por Ashley Strickland, CNN
Científicos captaron las primeras imágenes confirmadas del escurridizo calamar colosal (también conocido como calamar antártico), en su entorno natural 100 años después de que la criatura marina fuera identificada por primera vez y se le diera un nombre, según el Schmidt Ocean Institute .
El video, tomado cerca de las Islas Sandwich del Sur en el océano Atlántico Sur, muestra a un calamar juvenil, denominado Mesonychoteuthis hamiltoni, nadando a una profundidad de 600 metros.
Las imágenes fueron captadas por SuBastian, un vehículo operado por control remoto desplegado durante una expedición del buque de investigación del instituto, el Falkor (too), en marzo. Si bien se cree que el calamar colosal crece hasta 7 metros de largo y pesa hasta 500 kilogramos, lo que lo convierte en el invertebrado más pesado del planeta, este calamar juvenil mide casi 30 centímetros de largo.
El calamar ha perdido algunas de sus “características de bebé”, como los ojos protuberantes que sobresalen del costado de su cabeza. Ahora, más bien, los ojos son parte de la cabeza, y la cabeza y el cuerpo tienen una mejor proporción entre sí, dijo el Dr. Aaron Evans, investigador independiente y experto en Cranchiidae, o la familia de calamares de cristal a la que pertenece el calamar colosal. Evans, que no participó en la expedición, verificó de forma independiente, que se trata de la especie junto con la Dra. Kat Bolstad, profesora asociada de la Universidad Tecnológica de Auckland, en Nueva Zelandia.
“Podríamos deducir que es un calamar adolescente”, dijo Evans durante una conferencia de prensa el martes.
“No es del todo un adulto. Todavía no ha madurado completamente. Todavía le queda mucho por crecer. Pero tampoco es un bebé. Por lo tanto, es muy emocionante poder examinar un espécimen así. Para nosotros, ver este tipo de tamaño medio entre una cría y un adulto es realmente emocionante porque nos da la oportunidad de completar algunas de esas piezas del rompecabezas que faltan en la historia de la vida de este animal tan misterioso”.
Además, en enero, un equipo a bordo de una expedición anterior del Falkor (too) al océano austral cerca de la Antártida capturó imágenes del calamar de cristal glacial, que nunca se había visto vivo en su entorno.
“El primer avistamiento de dos calamares diferentes en expediciones consecutivas es notable y muestra lo poco que hemos visto de los magníficos habitantes del océano Antártico”, dijo en un comunicado la Dra. Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Instituto Oceánico Schmidt.
Las imágenes de video de alta resolución de ambas especies de calamares, que permitieron a los científicos confirmar sus identidades, están abriendo una nueva ventana a la delicada vida oceánica y nos aclaran el cómo los animales sobreviven en las profundidades.
Se sabe poco sobre la vida y los comportamientos del calamar colosal. La mayor parte de lo que los científicos saben sobre el animal proviene de especímenes muertos o moribundos que fueron hallados dentro de los estómagos de ballenas y aves marinas, o como depredadores de la merluza negra que se cría y captura para el consumo humano, dijo Bolstad.
Pero con las nuevas imágenes vienen nuevas perspectivas. Las imágenes, que se captaron durante la expedición insignia en una búsqueda de vida marina previamente desconocida, fueron logradas debido a una colaboración entre el Schmidt Ocean Institute, la Nippon Foundation-Nekton Ocean Census y GoSouth. GoSouth es un proyecto conjunto de la Universidad de Plymouth del Reino Unido, GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research de Alemania y el British Antarctic Survey.
Bolstad y Evans revisaron cuidadosamente las imágenes para buscar características que identifican al calamar colosal. Los calamares tienen ocho brazos más cortos y dos tentáculos más largos. Algo que distingue al calamar colosal es la presencia de ganchos afilados en el centro de sus ocho brazos. Evans dijo que comenzó a respirar de manera acelerada por la emoción cuando notó que los calamares juveniles recientemente filmados tenían esos ganchos en los brazos.
“He investigado calamares de aguas profundas, incluido el colosal, desde principios de la década de 2000, y puedo decir que, sinceramente, esta es una de las observaciones más emocionantes que hemos tenido durante el tiempo en el que he estado trabajando en cefalópodos de aguas profundas”, dijo Bolstad durante la conferencia de prensa. “Una de las cosas que me encanta de estas imágenes es lo delicado que parece ser este animal. Parece una escultura de cristal. El ver a estos animales… prosperar y en ese estado delicado, me hace pensar en lo que se necesita para que los seres humanos lleguen a ese entorno, incluso de manera remota… Es un gran recordatorio de lo mucho que nos queda por aprender de la naturaleza”.
Bolstad también notó la presencia de grandes cromatóforos, o células que cambian de color, de color marrón-rojizo, en la piel del manto del calamar.
“(Eso) nos dice, que es casi seguro que puede alternar entre ser completamente transparente, que es como lo vemos, principalmente en estas imágenes, a ser bastante opaco”, dijo Bolstad. “Y probablemente tiene un buen control sobre si también puede hacerlo en ciertas áreas del cuerpo, lo que, de nuevo, habríamos hipotetizado, pero no lo sabremos con certeza hasta que lo veamos en este animal”.
Bolstad señaló que una organización llamada Colossal capturó imágenes de un calamar de cristal de un tamaño similar en la Antártida en la campaña de observación 2023-2024 de la organización, pero la falta de imágenes de alta resolución hizo imposible distinguir a qué especie de calamar pertenecía porque sus características no eran discernibles.
Bolstad aclaró que el calamar colosal y el calamar gigante no son iguales. Mientras que el calamar colosal vive exclusivamente en las regiones antárticas y subantárticas, el calamar gigante se encuentra en otros océanos del mundo.
Durante una expedición diferente, cerca de la Antártida en enero, el Dr. Thom Linley estaba a bordo mientras el equipo examinaba el fondo marino después de que un iceberg del tamaño de Chicago se desprendiera de la plataforma de hielo George VI (o Barrera de hielo Jorge VI o Presidente Sarmiento).
Linley, curador de peces en el Museo de Nueva Zelandia Te Papa Tongarewa, estaba en la sala de control del barco cuando el Falkor (too) desplegó un vehículo operado a distancia a través de las profundidades del mar de Bellingshausen cuando vio algo intrigante en el momento en que el SuBastian alcanzó los 687 metros.
Un calamar cristal vino flotando y se puso a la vista, y Linley preguntó si el vehículo podía detenerse durante el descenso para capturar imágenes.
“Sé que es un lindo calamar, pero esto podría ser importante”, recordó Linley haber dicho en ese momento. Linley compartió las imágenes de alta resolución con Bolstad. Evans también revisó las imágenes.
El calamar colosal juvenil y el calamar de cristal glacial, llamado Galiteuthis glacialis, parecen similares, debido a que ambos tienen ganchos al final de sus dos tentáculos más largos y cuerpos transparentes.
Pero este calamar de cristal en particular, observado durante el descenso, mantuvo los brazos por encima de la cabeza en un movimiento llamada postura de cacatúa, que se ha observado anteriormente en calamares de cristal.
Juntos, Bolstad y Evans pudieron confirmar que estaban viendo por primera vez un calamar de cristal glacial en su entorno gélido y profundo.
Ninguno de los calamares observados en las imágenes desaparece o parece alarmado por la presencia del vehículo operado por control remoto. En cambio, parecen mantener sus posiciones con calma, evaluando si el vehículo es una amenaza.
Pero el calamar colosal adulto sigue siendo esquivo, usando su aguda visión para evitar cualquier cosa que pueda representar un riesgo.
“Desde su perspectiva, cada vez que algo grande se les acerca, no es algo bueno”, dijo Evans. “El calamar colosal adulto sigue siendo misterioso y enigmático porque tiene esos sentidos, que le permiten vernos. El calamar colosal solo vive en la Antártida, donde no tenemos la oportunidad de investigar con tanta frecuencia. Por lo tanto, nos va a llevar un poco más de tiempo tener ese encuentro casual en el que lo podamos grabar”.
El buque de investigación no regresará a la Antártida hasta 2028, pero operará en el océano Atlántico Sur frente a las costas de Argentina y Uruguay durante los próximos cuatro años, dijo Virmani del Instituto Oceánico Schmidt. Las inmersiones del vehículo se transmiten en vivo en el canal de YouTube del instituto para que cualquiera pueda seguir sus expediciones a las profundidades, añadió.
“Ahora que tenemos la capacidad de compartir (las inmersiones) en tiempo real de esta manera y mostrarle a la gente lo hermoso que es, cuántas cosas quedan por ser descubiertas, y que la gente puede acompañarnos mientras hacemos estos descubrimientos, siento que nuestra capacidad de apreciar las profundidades marinas a una escala mucho más amplia se está orientando hacia donde debería haber estado todo el tiempo”, dijo Bolstad.
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