Los enormes aranceles “recíprocos” trastocan el comercio mundial
Por Elisabeth Buchwald, CNN
A pesar de la inestabilidad de los mercados financieros, las amenazas de represalias y las incitaciones de algunos de los principales partidarios del presidente Donald Trump a dar marcha atrás en su política económica emblemática, este no cedió. Su administración impuso este miércoles una serie de nuevos aranceles “recíprocos” a decenas de aliados y adversarios de Estados Unidos por igual, con el objetivo, según él, de restablecer la equidad e impulsar la manufactura estadounidense.
Los productos procedentes de China, por mucho el principal objetivo, están ahora sujetos a un arancel de al menos el 104 %. Trump impuso aranceles aún más altos de los anunciados inicialmente después de que Beijing no se retractara de su promesa de imponer aranceles de represalia del 34 % este martes.
Los aranceles recíprocos, que no son exactamente recíprocos, se calcularon dividiendo el déficit comercial de un país con EE.UU. entre sus exportaciones a ese país y multiplicando el resultado por la mitad. Van desde el 11 % hasta un impresionante 50 %. Salvo México y Canadá, los demás socios comerciales principales de Estados Unidos no se salvaron de esta ronda. La UE recibió un arancel recíproco del 20 %, China del 34 %, Japón del 24 %, Vietnam del 46 % y Corea del Sur del 25 %.
Estas nuevas tasas llegan apenas días después de que Trump impusiera un arancel universal del 10 % a las importaciones de todos los países, excepto México y Canadá. (La tasa del 10 % no es acumulativa para los países incluidos en la lista de aranceles recíprocos. Por ejemplo, la tasa arancelaria de Japón aumentó un 14 % este miércoles, dado que el 10 % ya se había aplicado durante el fin de semana).
“Nuestro país y sus contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años. Pero esto ya no va a suceder”, declaró Trump la semana pasada al anunciar los aranceles, los más altos que el país ha visto en más de un siglo.
Horas antes de que el arancel entrara en vigor este martes, Trump hizo comentarios similares, añadiendo que otros países, especialmente China, “nos han dado por muertos, francamente”.
Ahora, los estadounidenses y la gente de todo el mundo pagarán un alto precio. Los importadores, no los países a los que Trump se dirigió, pagarán los aranceles, y esos costos a menudo se trasladan a mayoristas, minoristas y, en última instancia, a los consumidores. Pero las empresas extranjeras tampoco se librarán, ya que es probable que los estadounidenses se abastezcan de productos de países con aranceles más bajos.
En última instancia, los aranceles de Trump amenazan con intensificar una guerra comercial global. China, ya dispuesta a intensificar sus represalias contra Estados Unidos, prometió redoblar sus esfuerzos aún más. El Ministerio de Comercio chino declaró este martes que el país “luchará hasta el final” de la guerra comercial.
Trump, por su parte, declaró en una publicación en Truth Social este martes que “China también quiere llegar a un acuerdo, con todas sus fuerzas, pero no sabe cómo empezar”.
Con varios billones de dólares del valor de mercado de las acciones estadounidenses perdidos en los días transcurridos desde el 2 de abril, el “Día de la Liberación”, los pronósticos de una recesión global total han aumentado.
JPMorgan ha elevado la probabilidad de una recesión global del 40 % al 60 % para finales de año si Trump implementa el plan completo que presentó la semana pasada.
“Las subidas de aranceles desde el inicio de la administración Trump representan ahora la mayor subida de impuestos en Estados Unidos en casi 60 años”, declararon los economistas del banco en una nota la semana pasada. “Esto tendría ramificaciones directas en el gasto de hogares y empresas, y un efecto dominó a través de represalias, una caída en la confianza empresarial y disrupciones en la cadena de suministro”.
Los consumidores estadounidenses pagarán US$ 2.100 más al año en promedio debido a los aranceles de Trump, según la Tax Foundation, una organización no partidista.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha estado muy ocupado. Incluso antes de la semana pasada, ya había anunciado un arancel del 20 % a todas las importaciones chinas y del 25 % a todas las importaciones de acero, aluminio y automóviles.
Mientras tanto, a principios de semana, Goldman Sachs elevó su pronóstico de recesión en Estados Unidos para los próximos 12 meses al 45 %, un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a las predicciones anteriores. En una nota titulada “Cuenta regresiva para una recesión”, los economistas del banco afirmaron que “esperaban que la Casa Blanca anunciara inicialmente un arancel más agresivo y luego lo redujera ligeramente”.
A menos que todos los aranceles promulgados se revisen significativamente, Brian Bethune, profesor de economía del Boston College, predice que la economía estadounidense entrará en recesión para el segundo trimestre de este año. Aún más preocupante, los aranceles podrían desencadenar una estanflación, un escenario en el que el crecimiento económico disminuye significativamente y la inflación se intensifica.
“La probabilidad de estanflación es del 100 %”, declaró a CNN, y agregó que la inflación causada por los aranceles de Trump alcanzará los niveles de precios al consumidor en mayo y se acelerará aún más en junio y julio.
Sin embargo, no todos predicen una recesión. Los analistas de Morgan Stanley dijeron este martes que Estados Unidos evitaría la recesión, ya que creían que Trump, en última instancia, llegaría a acuerdos con los países para reducir los aranceles. Y el principal asesor comercial de Trump, Peter Navarro, declaró a Fox News el lunes por la noche que garantizaba que la economía estadounidense no caería en una recesión.
A pesar de que decenas de países se han ofrecido a negociar, no está claro que los acuerdos puedan concretarse rápidamente, si es que se logran. Trump y los miembros de su administración han dicho que lo que consideran barreras comerciales no arancelarias –que incluyen la manipulación de divisas, políticas fiscales consideradas injustas y el uso de mano de obra explotadora– son más importantes que los aranceles. Por ello, han rechazado las ofertas de varios países de fijar sus aranceles al 0 % sobre los productos estadounidenses a cambio del mismo trato.
Los aranceles de Trump han golpeado con mayor dureza a la segunda economía más grande del mundo, China. Ahora, Beijing se enfrenta directamente con su rival más grande, Estados Unidos, en una guerra comercial a gran escala.
Al finalizar el primer mandato de Trump, Estados Unidos aplicaba un arancel promedio del 19,3 % a los productos chinos, según un análisis del Instituto Peterson para la Economía Internacional. La administración Biden mantuvo la mayoría de los aranceles de Trump, aunque también añadió otros, elevando el arancel promedio al 20,8 %.
Tanto China como Estados Unidos se han beneficiado de décadas de comercio. Sin embargo, desde el primer mandato de Trump, Estados Unidos ha recurrido a otros países para obtener los productos que anteriormente importaba de China.
México ha sido uno de los principales beneficiarios, tras superar a China y convertirse en la principal fuente de importaciones de Estados Unidos en 2023, posición que mantuvo el año pasado. Varios países asiáticos, como Vietnam, Corea del Sur y Taiwán, también han experimentado un aumento en los flujos comerciales hacia Estados Unidos desde el primer mandato de Trump.
Esto no significa que el arancel del 104 % sobre los productos chinos no importe –de hecho, sí lo hará– y fácilmente podría aumentar aún más. Incluso con los aranceles preexistentes, China seguía siendo la segunda mayor fuente de productos extranjeros el año pasado, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
China envió un total de US$ 439.000 millones en productos a Estados Unidos en 2024, mientras que Estados Unidos exportó a China por un valor de US$ 144.000 millones. El país también se mantuvo como la principal fuente extranjera de varios artículos.
Los aranceles mutuos amenazan con perjudicar a las industrias nacionales y podrían generar despidos.
Si Trump cancelara sus aranceles, algo que ha prometido repetidamente no hacer, gran parte del daño económico podría revertirse, “pero ciertamente no todo”, declaró a CNN Colin Grabow, director asociado del Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Instituto Cato.
“Las acciones de Trump han dañado significativamente la credibilidad de Estados Unidos, no solo por las endebles justificaciones de los aranceles, sino también por la violación de los acuerdos de libre comercio de larga data con sus socios comerciales”, dijo. “Las empresas necesitan cierto grado de certidumbre para operar, y el enfoque caótico de Trump no se lo proporciona”.
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