¿Cuántos estudiantes extranjeros de origen latinoamericano hay en Harvard?
CNN en Español
La Universidad de Harvard enfrenta una nueva amenaza por parte de la administración Trump: despojarla de su capacidad para admitir estudiantes internacionales si no entrega los registros sobre sus “actividades ilegales y violentas”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, escribió una carta con la exigencia y puso como fecha límite el próximo 30 de abril. Si se niega, “enfrentará la pérdida inmediata de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP, por sus siglas)”, según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional.
Esta certificación permite a las universidades emitir formularios a los estudiantes internacionales admitidos, que luego pueden utilizar para solicitar visas de entrada a Estados Unidos.
La carta del Departamento de Seguridad Nacional acusa a Harvard de crear un “ambiente de aprendizaje hostil” para los estudiantes judíos, según el periódico estudiantil The Harvard Crimson.
Harvard tiene 6.763 estudiantes internacionales en su matrícula, que representan 27,2 % en el año escolar 2024-25, según datos de la universidad. Mientras que la población estudiantil matriculada que se identifica como hispana o latina es del 9,22 %, según cifras de Data USA.
Además, en 2024, Harvard —la segunda mejor universidad de Estados Unidos, según el ranking de QS— aceptó al mayor número de estudiantes que se identificaron como latinos, con un 16 % de sus admisiones, lo que representó un aumento con respecto al 14 % del año anterior, según cifras publicadas por la gaceta de Harvard.
“Hemos trabajado arduamente durante décadas para garantizar que estudiantes de todos los orígenes vengan a Harvard y marquen una diferencia en sus compañeros, en la nación y en el mundo. Seguiremos cumpliendo nuestra misión, a la vez que seguimos cumpliendo la ley con sumo cuidado”, dijo William R. Fitzsimmons, decano de admisiones y ayuda financiera a la publicación.
Este nuevo frente de la administración Trump llega luego de que el gobierno congelara más de US$ 2.000 millones en subvenciones y contratos plurianuales en la Universidad de Harvard luego de que sus líderes se negaran a implementar exigencias políticas del gobierno como la eliminación de los programas de diversidad, equidad e inclusión, la prohibición de mascarillas que suelen utilizar los manifestantes, la contratación basada en el mérito y las reformas de admisión, y la reducción del poder del profesorado y los administradores “más comprometidos con el activismo que con la investigación académica”.
“La Universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, dijo Harvard y respondió a la congelación de fondos afirmando: “Que el gobierno se retire de estas asociaciones ahora arriesga no solo la salud y el bienestar de millones de individuos, sino también la seguridad económica y la vitalidad de nuestra nación”.
El rector de Harvard, Alan M. Garber, dijo en una carta abierta que “Ningún gobierno –independientemente del partido que esté en el poder– debe dictar lo que las universidades privadas pueden enseñar, a quién pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir”.
Los cambios en las políticas propuestos por Trump son el más reciente intento del grupo de trabajo federal para supuestamente combatir el antisemitismo en los campus universitarios tras una serie de incidentes en todo el país en respuesta a la guerra entre Israel y Hamas, en Gaza.
Ahora Harvard analiza sus siguientes pasos, que incluyen la posibilidad de iniciar una larga y costosa batalla legal con la administración Trump.
“No existe un manual sobre cómo gestionar esto”, señaló en una entrevista con CNN Peter Lake, profesor de Derecho de la Universidad Stetson y director del Centro para la Excelencia en Derecho y Políticas de la Educación Superior.
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Con información de Jeff Winter, Taylor Romin, Nouran Salahieh, Hanna Park, Kara Scannell y Lauren del Valle, de CNN.