Europa se rearma: eso puede significar tiempos difíciles para los europeos
Análisis de German Padinger
Las fundiciones de Europa se están calentando, una vez más. Y esto podría no ser una buena noticia para los europeos, ni para un mundo cada vez más aquejado por conflictos bélicos.
En una región que fue escenario de las dos guerras más grandes de la historia, y que durante la mayor parte de la Guerra Fría se constituyó como un arsenal nuclear, la producción de armas se ha disparado por la amenaza de Rusia tras la invasión de Ucrania de 2022, y el giro de Estados Unidos en materia de Defensa, que bajo órdenes de Trump ahora podría suspender sus históricas garantías de seguridad para con el continente.
La guerra en Ucrania, que lleva ya tres años sin perspectivas de paz, significó que se asentara un conflicto bélico a gran escala —el más grande en el territorio desde la Segunda Guerra Mundial— en las fronteras de la Unión Europea.
Los países del Báltico y los escandinavos fueron algunos de los primeros en reaccionar ante este creciente desafío militar, pero el resto de Europa parece estar siguiendo el ritmo.
La industria rusa está fabricando armas a toda máquina para cumplir sus propias demandas en el frente ucraniano. Pero no es la única.
El gasto global en Defensa creció un 6,8% en 2023 (último año de referencia), el salto porcentual más alto desde 2009, según datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés).
Pero los recursos, claro, son limitados. Aumentar el gasto en Defensa implica dejar de lado otro tipo de gastos vinculados al estado de bienestar, como salud, educación y pensiones. Los economistas suelen referirse a esta problemática como elegir entre “cañones y mantequilla”, y reducir la mantequilla (sericios públicos) no suele ser una opción popular.
Lyndon B. Johnson (presidente de EE.UU. entre 1963 y 1969) aseguró durante su Gobierno que podía “darse el lujo de tener cañones y mantequilla” en tiempos de la Guerra de Vietnam, aumentando el gasto en programas sociales mientras solventaba el conflicto. Pero los demócratas perdieron la presidencia y EE.UU., la guerra.
A juzgar por el gasto en defensa de los países europeos que también forman parte de la OTAN, la Alianza defensiva liderada por Estados Unidos y cuyo rol está en discusión, Europa ha estado relegando su gasto en cañones. Ninguna de las principales economías, Alemania, Francia e Italia, llegan al 2% del PBI sugerido por la OTAN, lo cual ha generado críticas del presidente de EE.UU., Donald Trump.
“Creo que es de sentido común. Si no pagan, no los voy a defender”, dijo Trump a comienzos de marzo en relación al gasto desigual entre EE.UU. y Europa.
¿Pero cuánto gasta exactamente Europa en “mantequilla”?
Según datos estadísticos de la UE, en 2023 los países miembros gastaron 5,9% de su PBI en servicios públicos, 7,3% en salud, 4,7% en educación y 19,2% en protección social. Defensa, en tanto, llegó al 1,3%.
Las armas no se operan solas, y las guerras necesitan, también, soldados.
A mediados de 2024 Alemania actualizó sus planes de Defensa para incluir la conscripción obligatoria de todos los hombres mayores de 18 años en caso de guerra.
Letonia impuso el servicio militar obligatorio en enero de 2024, y en abril Noruega, que tiene conscripción desde 2015 (al igual que Lituania), anunció planes para hacer crecer sus Fuerzas Armadas en 20.000 hombres.
Suecia, en tanto, reinstauró la conscripción en 2017 “como respuesta a la situación de seguridad” en Europa.
La guerra iniciada en 2022 puede haber convencido al liderazgo europeo, pero en la región oriental del Donbás, en Ucrania, se combate desde el 2014, cuando rebeldes apoyados por Rusia se levantaron contra Kyiv, generando las bases para la invasión, años después, de tropas regulares rusas.
Es decir que Europa ya estaba atravesada por el conflicto mucho antes de la invasión rusa, y muchos países habían tomado nota.
La semana pasada el Parlamento de Alemania aprobó una iniciativa del canciller Friedrich Merz para aumentar el techo de la deuda y destinar al menos parte de los nuevos fondos a potenciar las Fuerzas Armadas del país, conocidas como Bundeswehr.
No fue una victoria ajustada: 513 parlamentarios votaron a favor, contra 207 en contra. “Es un cambio histórico del régimen fiscal”, consideró Robin Winkler, economista senior del Deutsche Bank. Y tiene sentido considerarlo así: la medida cambia una restricción del total de la deuda incorporada por la excanciller Angela Merkel a la constitución en 2009.
Aún no está claro a cuánto podrían ascender los fondos desbloqueados. Pero de acuerdo con un modelo provisto por Carsten Brzeski, economista del banco ING, a CNN, podría significar unos 600.000 millones de euros en un plazo de 10 años para Alemania, la primera economía de la Unión Europea.
El nuevo foco en Defensa y Seguridad, que rompe con años de baja inversión en las Fuerzas Armadas alemanas, no es tampoco un hecho aislado. En 2022, poco después de la invasión rusa de Ucrania, el entonces canciller Olaf Scholz anunció un giro en la materia —conocido como Zeitenwende, o cambio de tiempos— que implicaba aumentar el gasto en Defensa a más del 2% del PBI y crear un fondo de 100 millones de euros para invertir en Defensa.
Las Bundeswehr —o Fuerzas Federales— se crearon en Alemania Occidental en 1956, durante los comienzos de la Guerra Fría y bajo la sombra de la Wehrmacht, las Fuerzas Armadas de la Alemania nazi derrotadas en 1945.
Llegaron a su apogeo en la década de 1970, cuando se convirtieron en las Fuerzas Armadas más grandes de Europa después de las tropas de Estados Unidos en el continente.
Pero desde entonces, y especialmente tras la caída de la Unión Soviética, su principal rival, en 1991, sus números comenzaron a decrecer (pasó de tener 600.000 miembros en 1990 a 200.000 en la actualidad) a medida que Berlín promovía la cooperación y la diplomacia en el nuevo mundo que parecía estar surgiendo.
“Los alemanes pensaron que finalmente podían abandonar la geopolítica para siempre”, escribió Rafael Loss, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, en una columna de opinión en CNN poco después de la invasión de Ucrania en 2022.
“Sintieron que finalmente estaban en el lado correcto de la historia. Y esperaban que todos los demás siguieran su ejemplo en su camino hacia una cooperación iluminada. El ataque de Putin a Ucrania la semana pasada hizo estallar esa burbuja”, agregó.
Una semana antes, los líderes de la Unión Europea acordaron en el Consejo Europeo en Bruselas movilizar hasta 800.000 millones de euros (US$ 862.000 millones) para reforzar la defensa continental. Esto incluye préstamos de hasta 150.000 millones de euros (US$ 162.000 millones) para los países miembros, y ayuda adicional para Ucrania.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo además en ese momento que Europa otorgaría US$ 33.000 millones en ayuda militar a Ucrania, tomada de los activos rusos sancionados por Europa.
Al momento, los europeos ya han enviado grandes cantidades de armas a Ucrania, incluyendo tanques, cañones y aviones, por un valor de US$ 53.800 millones, en el marco de ayuda total valuada en US$ 121.700 millones.
Después de todo, un viejo adagio en latín sentencia: si vis pacem, parabellum. “Si quieres paz, prepárate para la guerra”, es la traducción más popular. ¿Y qué decía el célebre historiador Tácito sobre los romanos en Britania? “Donde hacen un desierto, lo llaman paz”.
The-CNN-Wire
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Con información de Helen Regan, Sophie Tanno, Sebastian Shukla, Claudia Otto, Ivana Kottasová, Lauren Kent, Alex Marquardt, Jennifer Hansler y Nadine Schmidt, de CNN.