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El mercado laboral está ‘congelado’ en EE.UU. Eso no es una buena señal para los afectados por el DOGE

Por Alicia Wallace, CNN

La eliminación de programas y agencias gubernamentales por parte del Gobierno de Trump ha dado como resultado una ola sin precedentes de trabajadores federales que se unen a las filas de los solicitantes de empleo. Los datos más recientes muestran un aumento en las solicitudes de empleo por parte de los empleados de las agencias afectadas por las medidas del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

Esas búsquedas de empleo se producen en un momento en que la creciente incertidumbre en torno a la agenda económica del presidente Donald Trump está interfiriendo con la toma de decisiones de las empresas y ralentizando aún más la contratación, especialmente para puestos especializados y a nivel ejecutivo.

Están entrando en un mercado laboral que está “un poco congelado”, pero estable por ahora, señaló Allison Shrivastava, economista del Indeed Hiring Lab.

Eso fue resaltado en los nuevos datos publicados el jueves por el Departamento del Trabajo: las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo no están aumentando, de hecho, en su mayoría se han mantenido sin cambios desde la semana pasada.

Se estima que hubo 224.000 solicitudes iniciales de beneficios por desempleo en la semana que terminó el 22 de marzo, una disminución de 1.000 respecto al recuento revisado al alza de la semana anterior.

El informe del Departamento del Trabajo, minuciosamente analizado, también mostró que más trabajadores federales están solicitando beneficios de desempleo que en el pasado; sin embargo, las solicitudes no están aumentando semanalmente.

La cifra de trabajadores federales que presentaron solicitudes iniciales bajo el programa de Compensación por Desempleo para Empleados Federales totalizó 821 en la semana que terminó el 15 de marzo, lo que representa una disminución respecto a las 1.066 presentadas la semana anterior, mostró el informe del jueves.

El último conjunto de datos del mercado laboral muestra “dos mundos distintos”, le dijo el miércoles a CNN el economista Joe Brusuelas, de la empresa de consultoría RSM US.

“Uno en el que las empresas están gestionando su [fuerza laboral] con mucho cuidado, porque todavía estamos en condiciones en las que la mano de obra está escasa; va a haber limitaciones en la oferta de mano de obra, y eso es lo que está contribuyendo a la notable estabilidad en las solicitudes en general”, dijo.

“El otro mundo son los empleos del gobierno federal, donde, en primer lugar, es probable que haya más personas desempleadas de lo que sugieren las solicitudes de beneficios por desempleo”, añadió.

“En segundo lugar, las personas claramente están comenzando a cubrirse las espaldas en torno al empleo y están buscando trabajo de manera activa”, agregó.

Los datos publicados a principios de esta semana por el sitio de búsqueda de empleo Indeed destacan un aumento de los trabajadores federales que buscan nuevos empleos. En febrero, las solicitudes relacionadas a las medidas de DOGE aumentaron un 50%, y a fin de mes un 75% por encima de sus niveles de 2022.

Es común que después de las tomas de posesión presidenciales haya un aumento en las solicitudes de empleo presentadas por trabajadores federales, pero nunca había habido nada a este nivel, le dijo Shrivastava a CNN en una entrevista.

“Esto definitivamente no tiene precedentes”, dijo.

“Este es un grupo muy especializado de personas que están buscando trabajo”, agregó, señalando también el aumento del uso de palabras clave únicas como “horticultura”, “relaciones con los empleados” y “analista de políticas”.

En los últimos años ha sido más difícil conseguir empleos de oficina para profesionistas (de cuello blanco), y eso se debe en gran medida a la pandemia de covid-19.

Durante ese tiempo, la contratación se disparó en sectores como la tecnología, los servicios financieros y la consultoría, ya que la crisis sanitaria mundial y los bajos tipos de interés impulsaron el trabajo a distancia y alteraron los patrones de gasto de los consumidores.

Sin embargo, lo que se esperaba que fuera una “nueva normalidad” finalmente volvió a una actividad más familiar, previa a la pandemia. Las empresas de tecnología fueron el ejemplo de la sobreinversión: los niveles de fuerza laboral se inflaron y, en algunos casos, pronto siguieron los despidos.

Pero, en general, la contratación ha disminuido en la mayoría de las industrias de cuello blanco en parte debido a esta recalibración, pero también debido al aumento de los costos, la incertidumbre y el avance tecnológico, dijo Shrivastava.

Entre tanto, otras áreas del mercado laboral de EE.UU. han asumido gran parte de inactividad. La atención médica, el ocio y la hostelería, y el Gobierno (principalmente estatal y local) han impulsado el aumento del empleo en los últimos años, un reflejo de dinámicas como el envejecimiento de la población; el regreso a los servicios presenciales después de la pandemia; y la reposición de funciones en el sector público, que pasaba a un segundo plano en comparación con un sector privado que estaba experimentando aumentos salariales más pronunciados.

El ritmo de crecimiento del empleo se ha desacelerado durante el último año. Eso era de esperarse: la exitosa recuperación después de la pandemia no podía continuar para siempre; además, las altas tasas de interés de la Reserva Federal para combatir la inflación fueron diseñadas para frenar la demanda.

Pero en los últimos meses, ha habido una tendencia preocupante: la rotación que se necesita para un mercado laboral saludable se ha desacelerado significativamente. Las empresas no están contratando tanto, los trabajadores no están dispuestos a renunciar y los que no tienen trabajo se quedan al margen durante más tiempo.

Los últimos datos del Departamento del Trabajo mostraron que las solicitudes continuas —aquellas presentadas por personas que han recibido al menos una semana o beneficios por desempleo— disminuyeron ligeramente con respecto a la semana anterior, pero siguen siendo elevadas durante el año pasado.

Inicialmente, los economistas atribuyeron esto a la incertidumbre del año electoral, los ajustes en curso a la sobrecontratación, el efecto acumulativo del rápido aumento de los precios y el peso fundamental de las tasas de interés que alcanzaron su nivel más alto en 23 años.

Una vez que se dieron los resultados de la elección, la confianza de los consumidores y las empresas se disparó, y la actividad de contratación aumentó, según una serie de encuestas y datos económicos.

Sin embargo, ese “golpe de Trump” ha dado paso a crecientes niveles de incertidumbre económica por parte de las empresas y los consumidores que manifiestan un nerviosismo sobre el efecto de las medidas políticas arrolladoras, como los aranceles generalizados, las deportaciones en masa y el recorte de empleos y fondos federales.

“Hemos estado un poco congelados por un tiempo; han visto esos titulares (de empleos), y estar congelado es una especie de estabilidad (…) Pero cuanto más tiempo pase, más probable es que tengamos impactos… como la congelación letal”, dijo Shrivastava.

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