China y Canadá responden inmediatamente a los aranceles de Trump. México es el siguiente
Por Elisabeth Buchwald, CNN
Los aranceles generales del 25 % impuestos por el presidente Donald Trump a México y Canadá entraron en vigor el martes, una acción extraordinaria destinada a poner en cintura a los principales socios comerciales de Estados Unidos. Pero amenaza con debilitar la economía de Norteamérica, incluida la de Estados Unidos, en un momento de gran tensión para unos consumidores cansados de la inflación.
Trump también duplicó los aranceles sobre todas las importaciones de China del 10 % al 20 %. Esos aranceles se suman a los ya existentes sobre cientos de miles de millones en productos chinos. China y Canadá tomaron represalias inmediatamente con aranceles sobre productos estadounidenses, amenazando con desencadenar una dañina guerra comercial. México dijo que anunciaría medidas de represalia el domingo.
El gobierno de Trump dijo que los aranceles eran necesarios para detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos.
“Aunque el presidente Trump dio tanto a Canadá como a México amplias oportunidades para frenar la peligrosa actividad de los cárteles y la afluencia de drogas letales que fluyen hacia nuestro país, no han abordado adecuadamente la situación”, según un comunicado emitido por la Casa Blanca poco antes de que entraran en vigor los aranceles.
Pero los aranceles llegan en un momento en que la inflación se mantiene obstinadamente alta. Los estadounidenses, y la economía de EE.UU. en su conjunto, están en terreno más inestable, como lo demuestran los datos recientes.
Los aranceles de Trump amenazan con elevar los precios que pagan los estadounidenses por una amplia gama de bienes que se importan de las tres naciones, que en conjunto enviaron a EE.UU. mercancías por valor de US$ 1,4 billones el año pasado, según datos del Departamento de Comercio. Eso supone más del 40 % del valor de todos los bienes que EE.UU. importó el año pasado.
Los únicos bienes procedentes de Canadá que no se enfrentarán a un arancel del 25 % son los relacionados con la energía, como el petróleo crudo, uno de los principales bienes que EE.UU. importa de allí. En cambio, estarán sujetos a un impuesto del 10 %.
Los productos frescos, automóviles y piezas de automóviles y productos electrónicos, incluidos teléfonos y computadoras, se encuentran entre los principales bienes que EE.UU. importa de México, Canadá y China que ahora se enfrentarán a aranceles de entre el 20 % y el 25 %.
Las acciones de los fabricantes mundiales de automóviles que tienen plantas en México cayeron con fuerza el martes por la mañana. La alemana Volkswagen cayó casi un 4 % a las 5:46 a.m. hora del Este, mientras que Stellantis, el fabricante de Chrysler y Jeep, cayó casi un 7 %.
Beijing tomó represalias el martes anunciando aranceles del 15 % sobre las importaciones de pollo, trigo, maíz y algodón procedentes de EE.UU., según un comunicado de la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado. Además, también se impuso un arancel del 10 % sobre “el sorgo, la soja, la carne de cerdo, la carne de res, los productos marinos, las frutas, las verduras y los productos lácteos”.
Por separado, el Ministerio de Comercio de China dijo que había añadido 15 empresas estadounidenses, entre ellas el fabricante de drones Skydio, a su lista de control de exportaciones, lo que prohibiría a las empresas chinas exportarles equipos de doble uso.
Los aranceles de represalia de China siguieron un “enfoque moderado y selectivo destinado a causar dolor a las industrias que más importan a los partidarios del Gobierno de Trump”, dijo Alfredo Montufar-Helu, jefe del Centro de China para el Conference Board. Señaló que los aranceles de China le dan margen de negociación para evitar potencialmente aranceles aún más perjudiciales en el futuro.
Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, afirmó en una sesión informativa celebrada el martes que “China luchará hasta el final” si EE.UU. “insiste en librar una guerra arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo”.
“Quiero reiterar que el pueblo chino nunca ha temido al mal ni a los fantasmas, ni nos hemos doblegado jamás ante la hegemonía o la intimidación. La presión, la coerción y las amenazas no son las formas correctas de relacionarse con China. Intentar ejercer la máxima presión sobre China es un error de cálculo y una equivocación”, añadió.
China anunció el martes más medidas dirigidas a Estados Unidos. Entre ellas, detener las importaciones de madera de Estados Unidos, suspender los permisos de tres empresas estadounidenses para exportar soja al país y una investigación antidumping sobre algunas importaciones de productos estadounidenses de fibra óptica.
Parte de la motivación declarada de Trump para imponer aranceles a China, Canadá y México es presionar a esos países para que ejerzan controles más estrictos sobre el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos.
Las fuerzas de seguridad estadounidenses creen que varias entidades con sede en China suministran precursores químicos, que pueden utilizarse para fabricar fentanilo acabado en laboratorios operados por cárteles de la droga en EE.UU. y México.
El martes, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó un documento en el que se describían las medidas que el gobierno había adoptado en los últimos años para controlar la producción y distribución de sustancias relacionadas con el fentanilo, según la agencia estatal china de noticias Xinhua. Refiriéndose al enfoque de China sobre el control internacional de drogas, Xinhua citó el documento diciendo que el país “aboga por la asistencia mutua… y se opone a señalar con el dedo y a pasar la pelota”.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, advirtió el martes en una conferencia de prensa que Canadá “no se echará atrás en una lucha”. Dijo que aplicaría inmediatamente un arancel del 25 % sobre 30.000 millones de dólares canadienses (US$ 20.700 millones) de productos estadounidenses, seguido de otros 125.000 millones de dólares canadienses (US$ 86.200 millones) en un plazo de 21 días.
“Esto es algo muy tonto”, dijo, en unas declaraciones que, aparentemente, iban dirigidas a Trump. “Ver a dos amigos pelear es exactamente lo que quieren ver nuestros adversarios en todo el mundo”.
Productos lácteos, carnes, cereales, vino, cerveza, ropa, calzado, motocicletas, cosméticos y ciertos productos de pulpa y papel son solo algunos de los bienes estadounidenses que estarán sujetos a aranceles inmediatos, según el Departamento de Finanzas de Canadá.
“También desafiaremos estas acciones ilegales presentando demandas de resolución de disputas en la Organización Mundial del Comercio y a través del USMCA”, señaló Trudeau. “Mientras tanto, nuestros aranceles seguirán en vigor hasta que se retiren los aranceles estadounidenses y ni un momento antes”.
Si los aranceles no cesan, Trudeau dijo que su gobierno está en conversaciones activas con las provincias y territorios para aplicar varias medidas no arancelarias “medidas que demostrarán que no hay ganadores en una guerra comercial”.
El primer ministro de Ontario, la provincia más grande de Canadá, también ha repetido su anterior amenaza de cortar el suministro energético a EE.UU. en respuesta a los aranceles de Trump.
“Si quieren intentar aniquilar a Ontario, haré todo lo posible, incluso cortarles la energía, con una sonrisa en la cara. Y estoy animando a todas las demás provincias a hacer lo mismo”, dijo Doug Ford a los periodistas el lunes, añadiendo que el este de EE.UU. depende de “nuestra energía, necesitan sentir el dolor”.
A pesar de las afirmaciones previas de Trump de que los exportadores pagan los aranceles, en realidad son las partes que reciben las mercancías del extranjero las que pagan el arancel por adelantado. Esas partes, a menudo empresas, suelen repercutir después los costos arancelarios adicionales a los consumidores subiendo los precios. Pero en algunos casos, pueden optar por absorber los costos más elevados, o verse obligadas a hacerlo.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo el martes por la mañana que el domingo anunciaría aranceles de represalia sobre las importaciones estadounidenses en México, así como medidas no arancelarias. Dijo que probablemente mantendrá una llamada con Trump el jueves.
“La decisión unilateral tomada por Estados Unidos afecta a las empresas nacionales y extranjeras que operan en nuestro país, así como a nuestra gente”, dijo en una conferencia de prensa en la Ciudad de México.
“Nadie se beneficia con esta decisión”, agregó.
Aunque la economía estadounidense sigue siendo resiliente, los aranceles llegan en un momento de crecientes grietas en los cimientos. Un informe del viernes de la Oficina de Análisis Económicos mostró que el gasto de los consumidores cayó inesperadamente en enero, y un reciente informe sobre la inflación mostró que los precios al consumo repuntaron en enero y que la inflación sigue creciendo a un ritmo obstinadamente alto.
Mientras tanto, la confianza del consumidor sufrió la mayor caída para empezar un año desde 2009, y un informe separado sobre el sentimiento del consumidor registró el mes pasado el mayor descenso desde que comenzaron los registros en 1978. Eso es un problema porque el gasto de los consumidores constituye más de dos tercios de la actividad económica de Estados Unidos.
Se espera que el informe de empleo del viernes muestre que el crecimiento sigue estancado. Las solicitudes de prestaciones por desempleo aumentaron más de lo esperado la semana pasada, y el Gobierno de Trump está despidiendo a miles de trabajadores federales, lo que podría perturbar las economías locales. También se ha recortado el gasto federal, lo que ha impedido el acceso a los medios de subsistencia y los servicios de algunas personas.
La mano dura de Trump contra la inmigración también amenaza la construcción de viviendas, la agricultura y otras industrias clave.
“Imponer aranceles a Canadá y México amenaza con enfriar un esfuerzo de colaboración para fortalecer nuestra frontera compartida y corre el riesgo de iniciar una guerra comercial con los socios comerciales más cercanos de Estados Unidos”, dijo el lunes en un comunicado la vicepresidenta de política comercial global del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC, por sus siglas en inglés), Tiffany Smith.
Smith dijo que el NFTC, una organización comercial, apoya el objetivo de la administración Trump de “abordar la actividad ilícita en nuestras fronteras”. Sin embargo, están “profundamente preocupados” por los nuevos aranceles, que según ellos “elevarán los costos para las empresas y los consumidores estadounidenses y socavarán el crecimiento económico de Estados Unidos”.
Trump y su gobierno han sugerido que la más reciente ronda de aranceles, aunque significativa, es apenas el comienzo.
Trump respondió el martes a Trudeau, amenazando con aumentar “inmediatamente” los aranceles recíprocos sobre el país vecino.
“Por favor, explíquele al gobernador Trudeau, de Canadá, que cuando imponga un arancel de represalia a EE.UU., nuestro arancel recíproco aumentará inmediatamente en una cantidad similar”, escribió Trump en una publicación en Truth Social.
Los aranceles recíprocos de EE.UU., que podrían igualar dólar por dólar los aranceles de otros países, entrarán en vigor el 2 de abril.
Los aranceles al acero y al aluminio entrarán en vigor el 12 de marzo.
Mientras tanto, Trump sigue insinuando que se avecinan más aranceles. La semana pasada, Trump firmó un decreto para investigar los aranceles a la madera. Aunque lleva tiempo sugiriendo que Estados Unidos no necesita la madera canadiense, el arancel supone una amenaza de aumento de los precios de las viviendas nuevas, un motor clave de la inflación para las familias estadounidenses.
Trump también insinuó el lunes que impondría aranceles a las importaciones agrícolas, en un intento de impulsar las ventas internas. Tales aranceles entrarían en vigor el 2 de abril, dijo en una publicación de Truth Social.
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