China tiene una carta poderosa que jugar en su lucha contra la guerra comercial de Trump: las tierras raras
Por Nectar Gan y John Liu, CNN
Menos de un año después del inicio de la primera guerra comercial de Donald Trump con Beijing, el líder chino Xi Jinping realizó una visita de alto perfil a una modesta fábrica en Ganzhou, una ciudad industrial ubicada entre colinas onduladas en el sureste del país.
En 2019, al recorrer su sala de exposiciones, Xi examinó fila tras fila de anodinos bloques de metal gris y declaró a su séquito de funcionarios del Partido Comunista: “Las tierras raras son un recurso estratégico vital”.
Casi seis años después, el dominio de China en la cadena de suministro de tierras raras se ha convertido en una de sus herramientas más poderosas en una renovada guerra comercial con el presidente de Estados Unidos. Estos minerales, utilizados para alimentar todo tipo de productos, desde iPhones hasta vehículos eléctricos, son componentes vitales para la tecnología avanzada que definirá el futuro.
Y a diferencia de los aranceles, es un frente en el que Trump tiene poco margen para tomar represalias.
Las tierras raras son un grupo de 17 elementos más abundantes que el oro y se encuentran en muchos países, incluido Estados Unidos. Sin embargo, su extracción y procesamiento son difíciles, costosos y contaminantes para el medio ambiente.
Durante décadas, Estados Unidos y otros países han dependido del suministro de estos metales procesados por parte de Beijing. China representa el 61 % de la producción mundial de tierras raras extraídas, pero su control sobre la etapa de procesamiento alcanza el 92 % de la producción mundial, según la Agencia Internacional de la Energía.
El 4 de abril, tras años de advertencias veladas, el Gobierno chino impuso restricciones a la exportación de siete tipos de tierras raras como represalia a los aranceles “recíprocos” iniciales del 34 % impuestos por Trump a los productos chinos. Las nuevas normas exigen que todas las empresas obtengan permiso del gobierno para exportar los siete minerales, así como productos relacionados, como imanes.
Los imanes de tierras raras permiten fabricar motores y generadores más pequeños y eficientes, utilizados en teléfonos inteligentes, motores de automóviles, aviones y máquinas de resonancia magnética. También son componentes esenciales en una amplia gama de armas de alto costo, desde los cazas furtivos F-35 hasta los submarinos de ataque de propulsión nuclear.
“China está demostrando que puede ejercer un poder económico increíble siendo estratégica… y quirúrgica, y realmente golpeando a la industria estadounidense justo donde más le duele”, dijo Justin Wolfers, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Michigan.
Desde la primera administración de Trump, Estados Unidos ha intentado recuperar terreno y desarrollar su propia cadena de suministro nacional de tierras raras. Tres empresas estadounidenses de la industria de tierras raras declararon a CNN que están en proceso de ampliar su capacidad de producción y obtener materiales de aliados y socios estadounidenses.
Pero esos esfuerzos tardarán años en satisfacer la enorme demanda de industrias clave de Estados Unidos.
Por ahora, el impacto de los controles de exportación de Beijing se está sintiendo rápidamente en el terreno.
John Ormerod, fundador de la consultora de imanes de tierras raras JOC, dijo a CNN que los envíos de imanes de tierras raras pertenecientes a al menos cinco empresas estadounidenses y europeas se han detenido en China desde la imposición de la orden.
“Fueron tomados por sorpresa, por lo que hay mucha confusión de su parte y necesitaban una aclaración de las autoridades sobre lo que se requiere (para obtener las licencias de exportación requeridas)”, dijo.
Joshua Ballard, director ejecutivo de USA Rare Earth, afirmó que los controles de exportación se centran en las tierras raras “pesadas”, cuyo 98 % está bajo dominio de China. (Las tierras raras pesadas son menos comunes, más difíciles de procesar y más valiosas). Esto significa que las empresas ahora deben solicitar la aprobación de Beijing para entregar estos materiales críticos a industrias estadounidenses clave, añadió.
“En este momento, estas exportaciones están literalmente suspendidas”, dijo Ballard. “No tenemos muchas existencias de esto en inventario aquí en EE. UU.… Esta es la mejor jugada de China. No tienen mucha influencia en cuanto a los aranceles, pero sí la tienen aquí”.
Los controles de exportación no solo afectan a materiales individuales, sino también a aleaciones y productos donde los elementos están presentes incluso en cantidades mínimas, afirmó Thomas Kruemmer, director de Ginger International Trade and Investment, empresa singapurense especializada en la cadena de suministro de minerales y metales. «Muchas exportaciones se rigen ahora por este sistema de licencias», añadió, señalando que se prevén algunos retrasos a medida que los exportadores se familiarizan con el nuevo sistema.
China fue una de las primeras en extraer tierras raras, a principios de los años 50, según los medios estatales, pero la industria recién empezó a desarrollarse realmente a fines de los años 70.
Durante ese tiempo, China combinó sus bajos costos laborales y estándares ambientales relativamente laxos con la adopción de tecnologías extranjeras, según Stan Trout, fundador de la consultora de tierras raras y materiales magnéticos Spontaneous Materials.
“Gran parte de la tecnología que trajeron se desarrolló aquí en Estados Unidos, en Japón o en Europa”, dijo. “Y con el tiempo, estoy seguro de que la han mejorado”.
A medida que aumentaba la producción nacional de tierras raras, Beijing fue comprendiendo la importancia estratégica de estos minerales. “Se reconoció que esta podría ser una tecnología muy importante que debían dominar”, añadió Trout.
En 1992, durante una visita a uno de los principales centros de producción de tierras raras del país en Mongolia Interior, Deng Xiaoping, el exlíder chino que encabezó las reformas económicas del país, dijo la famosa frase: “Si bien hay petróleo en el Medio Oriente, China tiene tierras raras”. Hoy, China ha cumplido la visión de Deng al dominar toda la cadena de suministro de materiales.
Si bien los costos laborales son ahora más altos, el control de China sobre la industria se ha consolidado debido a su “voluntad de invertir en tecnología, investigación y desarrollo y automatización” en una industria que requiere un alto nivel de capital, dijo Ormerod.
Hubo una vez empresas estadounidenses que fabricaban estos imanes de tierras raras. Pero Ormerod señaló que gradualmente abandonaron el negocio a medida que surgían alternativas chinas más económicas.
“Hemos perdido el conocimiento técnico, hemos perdido la capacidad de recursos humanos y es una operación que requiere mucho capital”, dijo.
Ahora, es difícil competir con el “precio chino”, debido a las mayores economías de escala del país, así como a los incentivos gubernamentales que les dieron una ventaja adicional, agregó Ormerod.
Entre 2020 y 2023, Estados Unidos dependió de China para el 70 % de sus importaciones de todos los compuestos y metales de tierras raras, según un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos de este año.
Los últimos controles de exportación no representan la primera vez que Bejijing aprovecha su dominio en la industria. En 2010, China suspendió los envíos de tierras raras a Japón durante casi dos meses debido a una disputa territorial. A finales de 2023, Beijing impuso una prohibición a las tecnologías de extracción y separación de tierras raras.
Beijing también ha restringido las exportaciones de otros minerales críticos, una categoría más amplia de recursos minerales que también son vitales para la economía y las cadenas de suministro globales.
Expertos y conocedores del sector afirmaron que los controles de exportación de China han dejado al resto del mundo con alternativas muy limitadas. Sin embargo, Estados Unidos está trabajando para cubrir esa necesidad.
Desde 2020, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha otorgado más de US$ 439 millones para establecer cadenas nacionales de suministro de tierras raras. Y se ha fijado el objetivo de desarrollar una cadena de suministro sostenible, desde la mina hasta el imán, capaz de satisfacer todas las necesidades de defensa de EE.UU. para 2027.
Algunas empresas estadounidenses ven los controles de exportación de China como una oportunidad para acelerar la producción nacional e impulsar una cadena de suministro más fuerte fuera de China.
Nicholas Myers, CEO de Phoenix Tailings, una empresa emergente de procesamiento de tierras raras con sede en Massachusetts, dijo que su compañía ha desarrollado tecnología para refinar minerales de tierras raras con “cero residuos, cero emisiones” en metales y aleaciones de metales, obteniendo los materiales de minerales nacionales, así como de Canadá y Australia.
Su empresa produce actualmente 40 toneladas métricas de metales de tierras raras y aleaciones por año y pretende aumentar hasta 400 toneladas con una nueva instalación en Nueva Hampshire.
“Todo es procesamiento nacional. No dependemos de nada de China”, dijo.
“Estados Unidos cuenta con la capacidad para producir tierras raras en los plazos que realmente necesitamos. Solo debemos asegurarnos de que todos los clientes y los responsables políticos se centren en apoyar a la industria para que realmente crezca”, añadió Myers.
Las empresas estadounidenses también están haciendo avances en partes de la cadena de suministro.
USA Rare Earth está construyendo una planta de imanes en Texas, con el objetivo de producir 5.000 toneladas de imanes de tierras raras al año. También posee un yacimiento rico en tierras raras pesadas en el oeste de Texas, que incluye todos los minerales incluidos en la última lista de control de exportaciones de China, según su director ejecutivo, Ballard. (El yacimiento también es rico en galio, un material crítico cuya exportación a EE.UU. fue prohibida por China en diciembre).
Pero la compañía todavía está trabajando en la tecnología de procesamiento para extraer minerales de las rocas, dijo Ballard.
“La pregunta es: ¿cómo podemos hacerlo más rápido? ¿Cómo podemos aprovechar estos recursos que tenemos en Estados Unidos, a pesar de su escasez? Necesitamos aprovechar lo que tenemos y construir lo más rápido posible”, dijo.
Después de años de conversaciones, las empresas estadounidenses pueden finalmente tener el impulso que necesitan para realizar el difícil trabajo de restablecer la industria de extracción y procesamiento de materias primas, que es clave para ganar una carrera tecnológica con China.
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Con información de Yong Xiong e Isaac Yee de CNN